"La vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir".
Gabriel García Márquez
La agenda de las reuniones familiares y con amigos, comprar los regalos, organizar el menú para cada día, armar el arbolito de navidad, decorar la casa, enviar los saludos generales y especiales, terminar todos los temas pendientes, etc son sólo alguno de los ítems de una larga lista de tareas que durante el mes de diciembre nos auto imponemos.
Como una carrera contra el tiempo, ponemos a prueba la resistencia de nuestro cuerpo. Cada año, se repite una y otra vez pareciendo que no aprendimos del año anterior; en definitiva, necesitamos días de 48 horas y semanas transformadas en meses.
Claramente olvidamos que la vida no acaba en diciembre, podemos seguir comiendo otros días, ver a las personas que nos importan, incluso después del 31!
Cuando emprendés una vida nómade, viajando por el mundo, tu hogar es donde está el corazón y toda esa larga lista de tareas se simplifica abruptamente.
Recuerdo nuestro primer año, pasamos Navidad y Año Nuevo en El Cairo, Egipto, nada más lejos de decoraciones, pirotecnia e incluso del alcohol.
Lo importante pasaba por otro lado. De repente tuvimos el tiempo para las videollamadas, brindar seis horas antes que en Buenos Aires y dos antes que en Italia. Tomarnos el tiempo de reflexión y reencuentro sin necesidad de tanto ruido exterior.
La vida nómade te enseña a resignificar muchos conceptos grabados a fuego, que tantas veces repetimos sólo por costumbre.
Siendo más o menos religioso, la Navidad puede ir acompañada de la oración pero en definitiva el resto, en mayor o menor medida, es igual para todos. En algunos casos los jóvenes matrimonios se enfrentan a la división familiar y algunos tienen asignada determinada festividad y otros la otra donde seguramente alguien pierde. Cuando hay niños, la nochebuena, esperar a Papá Noel es de esas costumbres que a medida que crecen puede pasarse por alto o incluso celebrar al día siguiente, pero alguien pierde y acepta.
Cuando estás lejos, ya no hay discusión posible, simplemente no estás y ahí es cuando advertís lo que significás para el otro.
La presencia física no es todo y con la pandemia muchos aprendieron el valor de la comunicación. ¿Cuántas veces estuviste en una reunión familiar sin estar realmente presente? ¿Cuántas veces llegaste corriendo justo para cenar, algo apurado, para que no se superponga la cena con el brindis o incluso quienes han terminado de cenar luego de las doce? Correr contra el tiempo es parte de la nueva realidad de la sociedad moderna o al menos para la gran mayoría, otros modificamos costumbres.
En nuestros nuevos años, nada cambia, sólo el almanaque, es como las semanas, no sabemos cuándo es sábado y domingo. Vivimos sin división. Trabajamos y viajamos todo el tiempo, todos los días y hasta podría decir a cualquier hora.
¿Crees que somos aburridos, desaprendidos o egoístas? la realidad es que no, simplemente nos estamos reconstruyendo, reinventando y empoderando, atreviéndonos!.
Construimos nuevos festejos e incluso atreviéndonos a no repetirnos. Hay circunstancias que hacen propicio determinado festejo u otro, todo es posible. Romper con la rutina, con la estructura, es el desafío. Hay una frase de Isaac Singer que siempre me gustó, y repito a menudo cuando no tengo claridad para ver el camino: "el hombre no puede vivir sin ataduras, su libertad consiste en elegirlas por sí mismo". ¿Cuántas ataduras tenemos de las que luego nos lamentamos? por ejemplo las cosas materiales, son una de ellas.
"Quien nunca haya cometido un error, nunca ha intentado algo nuevo".
Albert Einstein
En estos años hemos tenido oportunidad de compartir algunas fiestas con familiares de aquí y de allá pero también muchas hemos estado solos físicamente, la gran mayoría! pero acompañados virtualmente. Este año, incluso, pusimos el lugar especial donde se sentó la tablet y desde allí nos acompañó Piru (mamá de Wal).
En las valijas nómades no llevamos más que los gorros de Papá Noel, éstos nos acompañan en las caminatas durante los días previos a la celebración y como dice una de nuestras primas: "esa es nuestra decoración!"; y, siempre que algo llega a mis manos lo aplico para que nuestra mesa sea más linda ese día; elegimos alguna comida especial para degustar o incluso cocinamos diferente. Somos nómades, pero hay ciertas cosas que no dejamos atrás.
Parece que un nuevo año está a punto de terminar, ¿reflexionamos hacia atrás? ¿miramos hacia adelante? ¿proyectamos un nuevo plan? ¿enderezamos el actual? o ¿simplemente seguimos? ser capaces de reevaluarnos y hacer un plan para cambiar las cosas que no nos gustan, es parte de la madurez emocional de cada uno. Caminemos con sabiduría por la ruta de la vida.
Brindamos por nosotros, por los que nos quieren y acompañan! Les deseamos que sean muy felices con sus elecciones, nosotros lo somos con la nuestra.
"Grabad esto en vuestro corazón: cada día es el mejor del año".
Emerson
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